Tengo una pelea constante contra mí mismo que nunca gano.
Se trata de la aparente necesidad de búsqueda de un estilo que me identifique, de una imagen reconocible de mí mismo, pero llevo una temporada dándome cuenta de que si mi naturaleza es variable, por fuerza lo deberá ser también mi identidad.
Esto se traduce en que mi pintura no puede sino ser variable: un día me levanto con ganas de pintar realista, y al otro con estilo cómic, y mientras me pongo a pintar me apetece algo abstracto, o simplemente no figurativo, y al final me lío. Y a veces lo quiero mezclar todo, porque la mayoría de los días en realidad me siento como un torbellino de ideas que se acaban anulando unas a otras en un absurdo equilibrio de fuerzas que me abate y casi siempre me gana. De ahí que vaya probando, y pocas veces profundizando los temas. Esto también se deriva de que al no ser la pintura mi trabajo principal, dedico mucho tiempo a pensar en lo que voy a pintar. Tengo el problema de que si paso mucho tiempo pensando en pintar algo, cuando me voy a poner a hacerlo ya se me han pasado las ganas y me apetece pintar otra cosa.
Tengo que hacer un esfuerzo por centrar el tiro, supongo. También el hecho de ver a diario tantas obras y artistas diferentes en Instagram, me hace pensar en la posibilidad de pintar de diferentes maneras, y al final no me centro.
Algún día me dedicaré sólo a pintar, y podré probar todo y así, poco a poco, ir afinando, ir definiendo. Mientras tanto, iré produciendo obras dispares. Porque, supongo, es lo que soy.
I have a constant fight against myself that I never win. It is about the apparent need to search for a style that identifies me, for a recognizable image of myself, but I have realized that if my nature is variable, my identity must be so.
This means that my paintings just have to be variable: one day I wake up in a realistic mood, and the next in comic style, and while I start painting I feel like I need something abstract, or simply non figurative, and in the end I mess it all up. Sometimes I want to mix it all up, because most days in reality I feel like a storm of ideas that end up canceling each other in an absurd balance of forces that brings me down and almost always wins me over. Hence, I try different styles, and rarely have the chance to deepen the issues. This also stems from the fact that since painting is not my main work, I spend a lot of time thinking about what I am going to paint. I have the problem that if I spend a lot of time thinking about painting something, when I’m about to start, my desire has passed and I want to paint something different.
I have to make an effort to center the shot, I guess. Also the fact of seeing so many different works and artists on Instagram every day makes me think about the possibility of painting in different ways, and in the end I don’t focus.
Someday I will dedicate myself only to painting, and I will be able to try everything and thus, little by little, to refine, to define. Meanwhile, I will be producing disparate works. Because, I guess, it’s what I am.